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lunes, 6 de septiembre de 2010

¿Fiesta de los farolitos? O ¿Fiesta de la Natividad de la Virgen María?

El departamento de Ahuachapán se ilumina el 7 de Septiembre con su tradicional “fiesta de los farolitos”. Te has preguntado ¿cómo nace esta tradición? ¿Qué sentido tiene salir a las calles con un “farolito” encendido? Es acaso una fiesta puramente de consumo, material y pagana? No, la fiesta no es pagana, al contrario, la verdadera fiesta de “los farolitos” es una fiesta que nace en un ámbito cristiano y más aún, es una fiesta Católica con un sentido profundamente  Mariano; aunque muchos aun no lo saben, cuando se unen para festejar, también se están uniendo a nosotros los Cristianos Católicos en el culto a la madre de Cristo, es decir, a la siempre Virgen María. Al inicio era así. El problema es que hoy en día se ha perdido el verdadero sentido de esta fiesta.

Entonces, ¿cómo y dónde nace dicha festividad? He escuchado discusiones por la ubicación geográfica en que nace y se desarrolla en El Salvador, como por ejemplo: los habitantes de Ataco sostienen que es allí donde se inicia, los Ahuachapanecos también dicen que es en la ciudad de Ahuachapán donde por primera vez nace dicha festividad que posteriormente la adoptan otros pueblos. Se escuchan dos versiones al respecto:
La primera, se remonta al año 1850, cuando un gran terremoto estremece la ciudad y por intercesión de la Virgen María, muchos sobrevivieron. La segunda en cambio, se remonta hace más de 400 años, cuando desde España traen la devoción a la Madre de Cristo que fue concebida sin pecado original y por eso el 7 de septiembre, en las vísperas de su nacimiento, por no tener energía eléctrica todavía, todos encendían en sus casas y en las esquinas de las calles, antorchas luminosas para salir en procesión y así poder iluminar y dar fe en público la devoción a la Virgen María.

En lo personal, pienso que la verdadera historia es esta última, ¿por qué motivo? Veamos:

Ubiquémonos en Jerusalén, porque es allí donde tiene origen la devoción a la Madre de Jesús. Aunque al inicio fue a Santa Ana (la Madre de la Virgen María) a quien se le rendía homenaje por haber dado a luz a aquella que no fue víctima del pecado original (María); por eso en los primeros siglos del Cristianismo, en Jerusalén, se le dedica un templo en su honor.

Esta tradición oriental nos narra, que ya desde el siglo V, se veneraba el nacimiento de María sin la mancha del pecado original. Posteriormente, en el s. XII, el templo antes mencionado dedicado a Santa Ana ya estaría terminado y mucha gente acudiría a este lugar para rendirle homenaje tanto a ella como a la madre de Cristo, quien ocupa un lugar muy importante en el Cristianismo Católico; su nacimiento es motivo de gozo y alegría para todos porque de Ella nacerá el Salvador de toda la humanidad (Lc.2, 11).

Como ya hemos dicho antes, es en Jerusalén (en el s. V) donde nace con más claridad la devoción a la Virgen María, que luego se extendió en diversas regiones, entre las cuales Roma es la más destacada, por lo que en el s. VII (cuando apenas se iniciaba a construir el templo de Jerusalén dedicado a Santa Ana) ya se tenían varias manifestaciones Marianas en Roma. 

Posteriormente  será el Papa Sergio I (687-701) quien propagará esta devoción en la ciudad eterna, para ello, el 8 de diciembre, fijarían la fiesta de la Inmaculada concepción de la virgen y nueve meses después de esta, es decir: el 8 de septiembre, se festejará su nacimiento sin mancha del pecado original. En oriente, tiene una connotación muy especial: es con esta fiesta de la Natividad de la Virgen María cuando se abre el año litúrgico bizantino, el cual se cierra con la Dormición de la Virgen, en agosto.

Cuando dicha devoción llegó a Roma, (en el s.VII) era celebrada con una procesión que iniciaba en un punto céntrico de Roma, para concluir en la Basílica de Santa María Mayor, que es la primera basílica en todo el mundo, dedicada a la Virgen María (esta Basílica se encuentra a unos pocos minutos de la ciudad de El Vaticano). Nótese que cuando la devoción a María traída desde Jerusalén llega a Roma, ya estaba construida esta basílica nominada Santa María Mayor (entre los años 330 y 440), porque su origen se debe a otro acontecimiento que no es el momento de comentar.

También es importante destacar que en 1683, el Papa Inocencio XI declaró oficial una fiesta que se realizaba en el centro de España durante muchos años y que es la que hoy conocemos como "Dulce nombre de María".

Ahora es más fácil ver como la devoción a la Virgen María fue creciendo poco a poco y expandiéndose en todo el mundo. La procesión que se hacía hasta la Basílica de Santa María Mayor, en Roma, tuvo un papel muy importante en la historia de la Mariología Católica, por eso decía al inicio que es más probable que la tradicional fiesta que hoy conocemos en Ahuachapán como de “los farolitos” tenga su origen con la inculturación de los Españoles que nos transmitieron también el amor a la Madre de Cristo festejando el 7 de septiembre, las primeras vísperas de su nacimiento sin mancha del pecado original.

Fundamento Bíblico.

1.    A continuación presento algunos textos que, si bien el salmista está hablando de la sabiduría, muchos teólogos los han aplicado a María, la madre de Jesús:
"Yhwh me creó, primicia de su actividad, antes de sus obras antiguas. Desde la eternidad fui formada, desde el principio, antes del origen de la tierra. Fui engendrada cuando no existían los océanos, cuando no había manantiales cargados de agua; antes que los montes fuesen asentados, antes que las colinas, fui engendrada" (Prov. 8, 22-25).

"Desde el principio, antes de los siglos, me creó, y por los siglos de los siglos existiré” (Ecl.24, 9).

2.     En el Génesis, también encontramos un texto que hoy conocemos como Protoevangelio: "Enemistad pondré entre ti y la mujer, entre tu linaje y su linaje: él te pisará la cabeza     mientras acechas tú su calcañar" (Gen 3, l5).          

3.      En la mariología del Nuevo Testamento, encontramos los textos del sentido intercesor de María en las bodas de Caná (Jn. 2,1ss) y su protección maternal junto a la cruz (Jn. 19,25-27); Por otra parte, en Gál. 4,4-5 encontramos: "Pero, al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que se hallaban bajo la ley y para que recibiéramos la condición de hijos".
Para terminar, quiero dar una breve reflexión sobre el significado del nombre de María: En griego, el nombre mismo de la “joven” que daría a luz un hijo, significaba que sería al mismo tiempo virgen y joven.
Susignificado primordial es "doncella" (παρθένος = parthénos), es decir: una mujer que comprendía desde los 13 hasta los 18 años y que no había conocido varón. Además, María significa "llena de gracia", "la iluminada", "la que ilumina". Qué bien se le adapta este término. Cuando tú llevas en tus manos una luz, ¿acaso su resplandor no te ilumina? Cuánto más María que llevó en su seno al que es la Luz del mundo (Jn.8, 12 y Jn.1, 7) pudo iluminarse de ella?

Por eso, cuando lleves el  farolito en la mano y seas iluminado por él, acuérdate que es un signo de que tú llevas en tu interior a Cristo que es la verdadera luz y ahora es tu deber iluminar a los demás con tu buen ejemplo, con tu estilo de vida, es tu deber recuperar el verdadero sentido Mariano de esta tradicional “fiesta de los farolitos” y que con ello estas dando homenaje y celebrando el nacimiento de la Virgen María quien nos trajo la Luz verdadera y al portador de la salvación, a Cristo.


David Arturo Pineda Escobar