Páginas

Banner

domingo, 17 de febrero de 2013

UNA DECISIÓN SEGÚN LA VOLUNTAD DE DIOS

No hace falta gran inteligencia para darnos cuenta el motivo de la renuncia del papa al ministerio Petrino. Desde el inicio de la "declaratio" que el papa Benedicto XVI dirige a los Cardenales (y en todo su contenido) he visto que se trata de una decisión según la voluntad de Dios.
Una decisión “de gran importancia para la vida de la Iglesia”, como él afirma al inicio del documento, no puede ser tomada a la ligera. Además, un Papa de incomparable altura intelectual, con su sabiduría, no podría equivocarse en una decisión del género. Fue una decisión según la voluntad de Dios.

Para un cristiano y un conocedor de la función que el Papa desempeña, resulta más fácil todavía comprender su renuncia. ¿Por qué? - Porque el gobierno en la Iglesia no es un puesto de poder y dominio sobre los demás como ocurre con el poder civil para servirse a sí mismos y para enriquecerse. El gobierno en la Iglesia, en cambio, es un puesto de servicio y de entrega a los demás. Donde el único interés es llevar a los demás hacia la salvación. Hay un abismo de diferencia entre el gobierno político y el gobierno eclesial. Esta diferencia la hace Jesús ante Pilato cuando le pregunta: ¿Con que tú eres Rey? y Jesús le responde sin dudar: “mi Reino no es de este mundo” (Jn 18,36).

Lo que para nosotros pudo parecer sorpresa de un hecho repentino, no fue así en realidad. La decisión del Romano Pontífice fue un hecho premeditado, fue el resultado de una vida de oración y reflexión. Me viene en mente el discurso a los jóvenes en la Catedral de Sulmona el 4 de julio de 2010: “la vera preghiera non è affatto estranea alla realtà” ( la verdadera oración no es en absoluto ajena a la realidad), es decir, se adhiere a la verdad, el diálogo con Dios es garantía de la verdad, ayuda a ser nosotros mismos en cada ambiente, “fieles a la voz de Dios que habla a la conciencia, libres de los condicionamientos del momento” y continúa citando a San Celestino V quien en 1294 renunció a su pontificado: “supo actuar según su conciencia en obediencia a Dios, y por ello sin miedo y con gran valentía, también en los momentos difíciles, como aquellos ligados a su breve pontificado”.

Como podemos ver, en la “declaratio” repite casi las mismas palabras pronunciadas hace más de dos años y medio hablando de aquel Papa que supo obedecer a Dios al renunciar: “Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino”.

Cuando escuché estas palabras, lo primero que se me cruzó por la mente fue: cuanta humildad, se cree “incapaz” de llevar adelante la barca de Pedro que se le fue encomendada. Prefiere retirarse y encomendar la Iglesia al cuidado de su Sumo Pastor, nuestro Señor Jesucristo. Tiene la certeza que la voluntad de Dios es retirarse y llevar una vida de entrega a la oración. Tiene claro que el gobierno en la Iglesia es una vida de servicio y no de poder, y cuando sabe que no tiene fuerzas físicas, la forma de servir a la Iglesia es retirarse a una vida escondida, desaparecer para el mundo y encontrarse con Dios en la Oración. No busca el protagonismo, lo único que busca es servir al pueblo de Dios y hacer la voluntad de Aquél que lo llamó a tan grande ministerio. Esta es una verdadera lección de sabiduría y humildad.

David Arturo Pineda Escobar

No hay comentarios: